Comer bien en una dieta

La capacidad de reconocer el hambre está en todos nosotros. Para los adictos a la comida, la sensibilidad a tales señales es casi ignorado por años de malos hábitos alimenticios practicado a lo largo de los años.

Todos tenemos un mecanismo interno que nos dice que cuando el estómago está lleno y cuando está vacío. Es sólo una cuestión de volver a conectar con ese mecanismo natural para que podamos empezar a responder a ella. Esto significa que debe permitirse a tener hambre y comer de acuerdo a las necesidades de su cuerpo, como los niños pequeños lo hacen.

Para empezar el proceso, el primer paso es usar un diario para anotar sus costumbres de comer. El libro tendrá dos columnas, una reserva para cuando se está real y verdaderamente hambre y otra para cuando usted come por aburrimiento o el deseo poner algo en la boca. Llamaremos a la primera el hambre, el estómago y el segundo, el hambre boca. Después, simplemente registrar lo que usted come en la columna correspondiente cada vez que comer algo.

Para los días primero o semanas, es probable que observe que la columna con la mayor de las entradas será la columna hambre boca, pero la clave para tener éxito en su dieta está cambiando el equilibrio de modo que sólo comen cuando están realmente hambrientos. La gestión de su consumo con este libro será una manera de entender realmente su relación con los alimentos.

Si usted experimenta el hambre del estómago, sino como una señal muy débil, intenta conscientemente sintonizar y aprender a comprender cómo se siente. Cuanto más te esfuerzas para experimentar el hambre del estómago y saber escuchar a la misma, la mejor posición que estará en reconocerlo.

La única manera de empezar a comer cuando tiene hambre es empezar a decir no a las tentaciones cada vez que su boca está pidiendo comida. Por ejemplo, si usted está a punto de comer un pedazo de pastel en la nevera y encontró que no se siente hambre, usted puede tratar de dejarlo para más adelante. Al principio no lo hace de forma permanente ya que se le niega sus impulsos y provocando situaciones de ansiedad y tensión.

Este es un cambio que debe hacerse gradualmente. Cada vez que comes, te preguntas "¿Estoy con hambre?" si la respuesta es sí, pienso: grandes, esta es una excelente oportunidad para alimentar el estómago, ya que me está pidiendo. Embargo, si la respuesta es no, averiguar los motivos que impulsan a comportarse de esa manera. Si perseveran en sus esfuerzos, con el tiempo, no sólo descubrirá sus hábitos alimenticios, pero seguramente tendrá las herramientas para mejorar de manera significativa.